viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo 4 "Happy New Year, and see you soon"

Holaaaa! Feliz Navidad!!! Espero que esteis pasándolo bien en estos días de vacaciones! Disfrutar del capítulo y podéis ver los vestidos de April y Aria en la pestañita de arriba donde pone "Ropa" (duh, obviamente)


Tal y como me esperaba, la casa era aún más impresionante por dentro de lo que parecía por fuera. Nada más entrar, se llegaba a una gran sala con escaleras a los lados, decorada en motivos blancos, negros y marrones oscuros, con un par de sofás y perfectamente decorada con adornos navideños, al igual que el resto de la casa.
-¡Emma! -  dijo una mujer morena saludando a mi madre  - ¡Me alegro de que hayas venido con tu familia!
-¡No me lo iba a perder por nada del mundo! – contestó abrazándola
-Este es mi marido, Andrew – dijo señalando al hombre que la acompañaba.
-Un placer – contestó mi madre – yo soy Emma, este es mi marido Robert, y mis hijos Nathaniel y April.
Nunca he sido buena con las primeras impresiones y conocer a gente nueva, asi que simplemente fingí mi mejor sonrisa.
-Encantado, y es un honor para mi compartir esta noche tan especial con vosotros – dijo Andrew educadamente – Os presentaría a nuestra hija, pero creo que ha ido a buscar a sus amigos.
-No hay problema, estoy segura de que es encantadora  - dijo mi madre – tanto como vuestra casa, ¡es preciosa!
-¡Muchas gracias! Pero ¿puedes acercarte cariño? – dijo María mirándome -¿Dónde te compraste este vestido tan precioso?
-En “Old Street” – contestó mi madre por mí.
-¿Es un “Mary Windsor”? Muy buena elección – dijo soltando una risita.
-¡Oh Dios mío! – exclamó mi madre de repente - ¿Cómo no me he dado cuenta antes?
-¿Qué pasa? – pregunté preocupada mirando mi vestido.
-Hija, el vestido que llevas es un diseño suyo – me explicó mi madre aun riéndose.
-¡Oh, es precioso!  Tiene usted… mucho estilo… ya sabe diseñando – dije sonando un poco idiota.
-Muchas gracias, espera a ver el de mi hija… no sabéis lo orgullosa que estoy de ese vestido.
A partir de ahí desconecte de la conversación, unos cinco minutos hablando de vestidos, diseño y moda, hasta que nos dijeron que fuésemos al jardín donde se iba a servir la cena en una carpa climatizada. De camino a nuestra mesa, no hacíamos  más que cruzarnos con familias pijas de apariencia perfecta, incluso los vecinos de enfrente. Su hija Felicity, estudia en el mismo instituto que yo, y jamás he visto algo más estúpido y falso que ella, y por lo que se, el odio es mutuo.
Después de la cena, Andrew y María dieron un pequeño discurso para agradecernos a todos estar ahí esa noche, y supuse que la chica que estaba a su lado era su hija. Incluso yo podía decir con total seguridad que si vestido era realmente precioso, la parte del torso estaba completamente cubierta de brillantes plateados, que se iban dispersando por la falda hasta que solo se veía la tela azul marino.
Pero al mirarla, no pude evitar pensar en ella como otra Felicity, toda perfección y sin un solo error en su vida, y solo con eso no había manera de que me cayese bien. Incluso tenía a su propio príncipe, un chico alto de pelo castaño le agarró la mano cuando bajó de la pequeña tarima.

Después de los discursos, los camareros empezaron a apartar mesas y sillas hacia los laterales, dejando gran parte de la carpa libre para bailar al ritmo de la música que un DJ había comenzado a poner.
-No se te ocurrirá dejarme sola – le dije a mi hermano al ver a mis padres levantarse a bailar.
-¿Piensas quedarte aquí sentada toda la noche?
-Si – dije totalmente convencida.
-¿No vas a bailar ni con tu querido hermano? – me preguntó haciendo pucheritos.
-¡No!
-Pero que aburrida eres, April.
-¿Sabes qué? Mejor vete, esto está lleno de chicas a las que les encantará bailar contigo, yo me voy al baño.
-¿Estás segura?
-Sí, ve a pasarlo bien ¡enserio!


Me levanté y fui al baño, cruzándome por el camino a Felicity y algunas de sus amigas.
-¿Te has perdido April? – me preguntó con su irritante y chillona voz - ¿Te has colado en la fiesta?
-Paso de ti Felicity – dije ignorándola.
-¿Quién es? – preguntó una de las que la acompañaban.
-No merece la pena, ¡vamos a bailar!
“Mejor” pensé “Prefiero no merecer la pena, a escuchar toda la mierda que tenga que decir sobre mí”.
Cuando volví del baño, me senté de nuevo en mi silla. Mire el móvil y tenía algunos mensajes de amigos, y de Jen, pero ninguno de Josh, y así desde que se fue de vacaciones.

JEN
“¿Cómo va la fiesta de pijos?”
YO
“Está Felicity, con eso te lo digo todo”
JEN
“Uff, te compadezco! Ignórala y todo irá bien”
YO
“Si fuese tan fácil… Ya me ha hablado ella a mí para molestar un rato… Pero tu  pásalo bien con tu familia, mañana hablamos”

Cuando guardaba mi móvil, empezó a sonar una canción conocida para mí, “To Build a Home” de The Cinematic Orchestra. Era una de las canciones que estaba preparando antes de lesionarme.

-¿Bailas conmigo? – dijo frente a mi esa voz que tanto me había perseguido en los últimos días.

Y ahí estaba, de pie frente a mí, camisa negra, corbata negra y traje negro, con sus rizos peinados ligeramente hacia atrás, y yo intentando cerrar la boca para no quedar como una idiota.

-Creo que voy a pasar – dije intentando evitarle.
-Vamos April – dijo sonriéndome, y sorprendida de que recordase mi nombre – sé que sabes bailar, y esto apenas puede hacer daño a tu lesión… no voy a cogerte por los aires ni hacerte bailar de puntillas.

Por mucho que me costase admitirlo, ese comentario me hizo gracia, pero él solo vio una pequeña sonrisa en mis labios.

-De lo que estoy segura, es de que sabes mucho de mí, y yo de ti ni tu nombre – dije intentando sonar seria, pero sin quitar la sonrisa.
-Bueno… - comenzó - ¿Qué tal si bailas conmigo y yo te cuento lo que quieras saber?
-Mmm, en principio me conformaba solo con el nombre, pero si vas a decirme más, entonces no puedo controlar mi curiosidad.

Su sonrisa se hizo aún más grande cuando me levanté junto a él, me agarró la mano y tiro de ella con delicadeza hasta la pista de baile, donde ya había varias parejas bailando. Me cogió la otra y la colocó sobre su hombro, y la suya en la parte baja de mi espalda acercándome a él, empezando a movernos lentamente.

-¿Ves? – dijo con esa sonrisa contagiosa que aún no se había dejado su cara – No era tan difícil.

Pero yo no estaba escuchando lo que decía, estaba concentrada en la música. Hacía tanto tiempo que no bailaba, ni siquiera así, sin apenas tener que hacer esfuerzo. Pero de repente, me hizo girar sobre mi misma, haciéndome volver la atención a él. Le miré con los ojos abiertos como platos de la sorpresa.

-¿No esperarías que simplemente nos balanceásemos? No todos los días uno tiene la oportunidad de bailar con una verdadera bailarina…
-Ex bailarina – le recordé.
-Vamos, con lesión o sin ella, lo llevas dentro, pasa lo mismo en el fútbol.
-Baile y fútbol, no se parecen en nada, así que me temo que no…

Sin contestarme, me hizo girar de nuevo, pero esta vez, me inclinó hacia atrás. Sin pensarlo, reaccioné tal y como lo hacía siempre en ballet, estirando bien cada músculo de mi cuerpo, hasta conseguir la postura perfecta, y agarrándome a su cuello, para evitar la caída.

-No me digas, que eso no era ballet – dijo levantándome y volviendo a movernos lentamente
-Puede que se pareciese – susurré, ni yo misma estaba segura de que aún pudiese hacer eso.


Seguimos bailando al ritmo de esa música tan conocida para mí, y después de ese movimiento, sentía como si mi cuerpo estuviese volviendo a la vida. Poco a poco, el ritmo de la canción fue subiendo, sabía lo que estaba a punto de llegar. Esa parte del estribillo, en la que siempre tenía que girar sobre mi misma, de puntillas. Él quitó la mano de mi espalda, y agarrándome solo de una mano, se apartó de mí y me impulsó para que girase. Aún con los tacones, levante lo suficiente los pies para girar como solía hacerlo.

Abrí los ojos, que ni recordaba haber cerrado, y lo primero que vi fue la sonrisa del chico con quién bailaba, y un poco por detrás de él la sonrisa enorme de mi madre totalmente emocionada. Y alrededor de toda la sala todos los ojos estaban puestos en nosotros.

-Eh… tengo que ir al baño – dije soltándome de él avergonzada y corriendo a toda prisa fuera de la pista.
-¡Tu! – dijo Felicity agarrándome del brazo cuando corría al baño – Aléjate de Harry, vete con el inútil de tu novio, porque este es demasiado para ti, y es mío.

¿Asi que se llamaba Harry? Debía ser lo único interesante que había salido de la boca de esa estúpida desde el primer día que la conocí, le di un empujón y seguí corriendo al baño. Me mire en el espejo, tenía las mejillas del mismo color que mi vestido, me dolían un poco los dedos de los pies, pero por lo demás estaba bien, estaba radiante de emoción.

-¡Hola! – dijo la hija de los dueños de la casa detrás de mi – Soy Aria, te he visto bailando con Harry y no he podido evitar venir a hablar contigo.
-Mira si me vas a decir lo mismo que tu amiguita Felicity, corta ya – dije pasando de largo y llegando a la puerta – no me apetece escuchar más tonterías de princesitas como tu.
Salí tan deprisa como pude del baño, y fui hacía la salida de la carpa que tenía más cerca.


-¡April! - gritó Harry corriendo detrás de mí hasta fuera de la carpa - ¿Qué haces aquí? hace un frío terrible..
-Escapó de las princesitas que piensan que pueden decirme que debo hacer..
-¿A que te refieres? - preguntó confuso, y empezó a quitarse la americana - Anda coge mi chaqueta que vas a helarte
-No hace falta Harry - pero él ya estaba colocándola sobre sus hombros.
-¿Ya sabes mi nombre?
-Me lo ha dicho la estúpida de Felicity, cuando me ha parado camino del baño para decirme que me aleje de tí.
-¿Felicity? ¿Felicity Merrifield?
-Si, es mi vecina de enfrente.
-Esa chica es un poco...desagradable
-No hace falta que me lo digas, pero creo que esta un pelín enamorada de tí…
-Si, desde hace años y yo ya no se como decirla que no - dijo riéndose un poco de la situación - ¿por eso estas tan molesta?
- Por eso, y porque cuando ya estaba en el baño ha venido otra chica, la hija de los dueños, a decirme algo más de ti, pero como ya estaba cansada, la he mandado a paseo directamente.
-¿Aria? - preguntó sorprendido - no creo que ella fuese a decirte nada malo.
-Me da igual, ya he cumplido mi cupo del día con princesitas consentidas.
-Te aseguro que Aria no es así.
-Me encantaría quedarme a discutir la forma de ser de la tal Aria - dijo mirando el reloj - pero es casi medianoche y me gustaría estar con mi familia.
-Si, y yo debería ir a buscar a mi madre…
-Gracias por la chaqueta - dijo quitandosela.
-De nada - se la volvió a poner sonriendo de nuevo, y yo no pude evitar sonreír también al verle.
-¡Feliz Año Harry!- y sin saber de dónde salió eso de mí, me acerqué y le di un beso en la mejilla - con unos minutos de antelación.


Se quedó mirándome durante unos segundos, hasta que le salió media sonrisita, que me gustaba aún más que la anterior, se agachó un poco para hablarme al oído.

-¡Feliz Año Nuevo, April! - me susurró al oído y me dió un beso en la mejilla, muy cerca de los labios - Espero verte pronto.


Me abrió la puerta y me dejó pasar delante de él a la carpa. Muy a mi pesar, me había dejado completamente sin habla. “Recuerda que tienes novio, April” me dije a mi misma. Respiré hondo y me separé de él para buscar a mis padres y mi hermano, que volvían a estar hablando con los anfitriones de la fiesta.


-¡April,ven aquí cariño! - me dijo mi madre saliendo de la conversación que tenía con María - has estado genial.
-Gracias - dije con un poco de timidez.
-Ha sido espectacular - comentó María - me ha dicho tu madre que bailas ballet y se me ha ocurrido una idea.
-Pero ya no puedo bailar mucho…
-No puedes bailar como solías hacerlo, pero si que puedes hacerlo un poco - dijo mi madre, que siempre le molestaba mi negatividad.
-¿Qué te parecería dar unas clases? - me preguntó María.
-¿Clases? Yo no creo que esté capacitada para eso…
-Mi marido fundó una asociación para ayudar a gente de pocos recursos en Londres, se dan clases de idiomas, de informática, de baile...Yo estoy más que segura de que puedes dar clases, y además son niñas de unos 6 a 10 años que están aprendiendo.
-No estoy segura…
-Mira, ahora en navidades estamos dando algunas clases, para entretener a los niños del barrio, ¿por qué no te pasas?
-Claro, ¿por qué no? - dije con una sonrisa forzada.
-Perfecto, pues te veo allí el lunes que viene, solo pregunta por Maria.

¿En qué acababa de meterme?

jueves, 14 de noviembre de 2013

Capítulo 3 "Change a bit"

Holaaaa! Las fotos del vestido las subire en el siguiente capítulo vale? Se que os va  encantar!!! Espero que este capítulo tambien y que dejéis muchos comentarios y... HAY NUEVO TRAILER!!! 


Cuando volvimos a casa después del partido mi madre ya tenía mi plato preferido de cena, Shepard's Pie, y eso solo lo cocinaba en dos ocasiones, cuando había que celebrar algo mío o cuando me quería dar malas noticias, y sinceramente no creo que fuesen a celebrar mis cinco suspensos en las notas.

-Chicos, queremos hablar con vosotros - dijo mi padre - desde que creamos la empresa apenas hemos pasado tiempo en casa, y aunque siempre hemos intentado daros lo mejor, quizá sea un poco tarde pero nos hemos dado cuenta de que lo que necesitáis es a nosotros en casa.
-Por eso - continuó mi madre - vuestro padre va a reducir un poco tanto viaje, pero yo a partir de este año voy a trabajar desde casa.
-¡Eso es genial! - exclamó Nate.
-Yo... sobre las notas - empecé a hablar.
-No pasa nada cariño - dijo mi padre acariciándome la mano - sabemos que en parte es culpa nuestra, pero espero que a partir de ahora pongas más de tu parte
-¡Y ahora la otra noticia! - dijo mi madre entusiasmada - una de las señoras con las que coincido siempre en la peluquería, María, nos ha invitado a su fiesta de Nochevieja en su casa
-Yo creo que es muy buena idea, porque desde que nos mudamos aquí hace 10 años apenas hemos conocido a gente del vecindario - añadió mi padre.
-Y además, esto nos da una oportunidad para pasar tiempo juntas, porque mañana nos vamos de compras.
-¿Es necesario? - dije intentando evitar ir de compras con ella - ¿No me puedo poner algo que tenga en el armario?
-¡Claro que no! - exclamó - hay que ir elegantes y femeninas, con vestido largo.
-¿April con vestido? - dijo mi hermano - Eso quiero verlo yo.

"No me voy a ofender, no me voy a ofender" repetía una y otra vez en mi cabeza.

-No pongas esa cara - me regañó mi madre - Nate tiene razón, la última vez que llevaste vestido tenías 10 años, y con esa ropa que llevas tan masculina no vas a encontrar novio en la vida.
-Mamá, te recuerdo que yo ya tengo novio - dije empezando a enfadarme.
-Tu madre se refiere a uno decente - me contestó mi padre.
-Mira April, te tolero el skate, y parte de la ropa que llevas, pero a ese novio que tienes, ¡ni de broma!
-¡Bueno ya vale! - dije levantándome - si quiero que me critiquen y se metan en mi vida, desde luego no lo pido cenando con mi familia, así que paso de cenar con vosotros.

         Subí corriendo las escaleras hasta mi habitación donde di un portazo, no fue nada inmaduro mi comportamiento, pero supongo que lo que más me molestó fue el hecho de que tuviesen razón... ni vestía de manera femenina, ni mi novio era lo que más deseasen unos padres para su hija.

-Despierta April - dijo mi madre suavemente al despertarme a la mañana siguiente - tienes el desayuno ya en la cocina, date prisa y cámbiate porque nos vamos en una hora.

          Terminé el desayuno, me di una ducha rápida y me puse algo de ropa que no fuese demasiado poco femenina para mi madre y para las tiendas a las que me iba a llevar. Unos vaqueros oscuros, una camiseta negra normal, unas vans negras y una cazadora vaquera.

          Cogimos el coche hasta "Bond Street" y “Old Bond Street”, una de las más famosas por sus tiendas de alta costura. Solo con pensarlo, ya sabía que iba a ser un día demasiado duro. A la segunda tienda que entramos mi madre encontró un vestido que la encantó, verde, largo hasta los pies, y muy elegante, muy de su estilo. Pero en mi caso, llevábamos unas 5 tiendas, y no había manera de encontrar algo que me gustase.


-¿Y este azul? ¿Y el rosa? - me preguntaba mi madre en el probador - te tiene que gustar alguno...
-Mamá, no me gusta nada de esta tienda - dije demasiado alto, tanto que el dependiente me escuchó y nos echó tal mirada que casi nos mata.
-¡Está bien! - dijo soltando todos los vestidos en el sofá del probador - nos vamos a comer algo a ver si con el estómago lleno estas más receptiva.
-¡Perfeeeeeeecto! - dije tirando de ella fuera de la tienda - nos vamos al McDonald’s, que seguro que hace mucho que no te comes una buena hamburguesa.

         No habíamos andado más que un par de metros cuando algo me llamó la atención por el rabillo del ojo. Era un vestido rojo, largo hasta los pies, con un poco de vuelo desde la cintura, donde tenía unos cristalitos dorados al igual que en los hombros, y un escote que llegaba hasta la parte baja del pecho.

-¿Qué te pasa? - me preguntó mi madre preocupada al ver que me había parado.
-¿Podemos pasar a esta tienda? - dije dejándola con la boca abierta.
-No me lo puedo creer - murmuró tirando de mí hacia el interior.

         Encontramos mi talla, y según palabras de mi madre, me quedaba más que perfecto. Encontramos unos zapatos a juego, pero que fuesen más con mi estilo habitual, eran rojos, mucho más altos de lo que se esperaba de mí, con la punta abierta y una calavera dorada.

         Al llegar a casa no le enseñamos los vestidos ni a mi padre ni a mi hermano, y aunque mi madre insistía en ayudarme, el día 31 después de comer me subí a mi habitación a empezar a prepararme.

-¿Estas segura de que no necesitas ayuda? - preguntó mi madre llamando a mi puerta minutos después - te recuerdo que hay q ir realmente elegante.
- Mamá, ten un poquito más de confianza en mí
- Bueno, lo que tú digas... - dijo alejándose de mi puerta.

        Estaba dispuesta a sorprenderles y hacerles cambiar esa opinión que tenían de mí. Me di una ducha rápida, y enchufe el rizador para que se fuese calentando mientras me secaba un poco el pelo. Una vez caliente y con mucha paciencia fui rizando toda la melena. "Debería hacerme esto en el pelo más a menudo" pensé cuando ya tenía todo el pelo rizado. Le di un poco de volumen por arriba con laca y un cepillo y cogí varias horquillas para sujetarlo a la altura de la nuca en un semi recogido que aprendí a hacer en un video de YouTube.

         Después me di una ligera capa de maquillaje, me pinte la raya del ojo con el lápiz negro, sombra en todos dorados, rímel efecto "extra largo", que debió comprarme mi madre en algún momento, y los labios de un rojo potente que hacia juego con el vestido. Me sentía realmente satisfecha con el resultado al mirarme en el espejo, parecía que me estaba mirando otra persona diferente desde mi reflejo.

-¿April?, dice papa que nos vamos en media hora - dijo Nate llamando a mi puerta - ¿cómo vas?
-Bien, solo tengo que ponerme el vestido - le contesté ya sacándolo del armario.
-¿Estas visible? Me puede la curiosidad - dijo empezando a abrir la puerta.
-¡NO! Estoy desnuda - dije sabiendo que así no iba a entrar, sería demasiado incómodo para ambos.
-¡Te veo luego! - dijo alejándose corriendo de la puerta.

         Me empecé a poner el vestido, con cuidado para no estropearme el peinado, y dando gracias a quien invento las cremalleras en los laterales. Me puse unos pendientes con un brillante rojo y un collar con una esfera dorada, que me había prestado mi madre. Saqué del fondo del armario un abrigo negro de Alexander McQueen que me compró mi madre, y nunca había utilizado. Tenía el cuello alto, los botones iban escondidos y era más largo por detrás que por delante.

Cuando baje, ya estaban esperándome mis padres y mi hermano, listos para irse.

-¿Quién es esta chica y donde esta mi April? - bromeó mi padre rompiendo el silencio que había creado mi llegada.
-Hija mía estás preciosa - exclamó mi madre, que parecía estar conteniendo las lágrimas.
Nate por otro lado me miraba sin parpadear ni decir ni una sola palabra.

-¿Podemos irnos ya? - dije incómoda.
-April... Me vas a hacer trabajar mucho esta noche - bromeó mi hermano.
-¿Por qué? - pregunté sin entenderle.
-Por la cantidad de chicos que voy a tener que espantar hoy.
-¡Oh vámonos por favor! - dije poniéndome el abrigo.
Cogimos el Volvo de mi padre, y cruzamos nuestro barrio hasta llegar a la casa de la familia Windsor, donde celebraban la fiesta. Era una mansión enorme, sus luces navideñas impresionaban desde lejos, las puertas exteriores estaban abiertas y se veía todo un patio delantero lleno de coches.
-¡Algo me dice que va a ser una gran noche! - dijo mi madre emocionada.
- Y yo creo que debería haberme quedado en casa - le susurré a mi hermano, que iba sentado a mi lado en los asientos traseros.
-Un poco de alegría mujer - me contestó riéndose.
Ni siquiera habíamos entrado, y todo lo que quería era volver a casa.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo 2 "Casualidad #2"

Muchísimas gracias a quienes han dejado su opinión  me alegro de que os este gustando aunque solo acabe de empezar!! Estoy muy emocionada con esta historia sabéis? Aquí os dejo el 2 capítulo, dejadme mas comentarios que siempre me hacen sonreír!  Aquí teneis una imagen de Josh, para que sepáis como es.


Boxin' Day, ese día de las vacaciones de Navidad en el que en Reino Unido la familia sale a hacer alguna actividad juntos que normalmente no pueden hacer. En nuestro caso, mi padre, mi hermano y yo vamos a ver a nuestro equipo, el Chelsea, mientras mi madre nos prepara algo delicioso para cenar. Desde que nos mudamos a Londres, mi padre nos hizo socios del equipo a los 3 y después de unos años, y bastante dinero mas, conseguimos 3 abonos que nos garantizaban el mismo asiento durante toda la temporada. La verdad es que yo no iba apenas, y mi padre tampoco por el trabajo, así que casi siempre iba mi hermano con algunos amigos, o los aquilabamos. Pero ese día era el único que seguíamos yendo los tres juntos.
-Abrígate bien April - me decía mi madre - y tened cuidado.
-Vamos a estar bien Emma - contestó mi padre - como todos los años.
-Pero como todos los años, se preocupará - dijo Nate riéndose.
Se notaba que Nate y yo eramos mellizos en cuanto nos veías con nuestros padres, más que parecernos entre nosotros nos parecíamos a ellos. Yo me parecía a mi madre, y él era una copia más joven de mi padre, y mi gran duda era como siendo tan guapo, no solo por ser su hermana, no tenía novia.
Fuimos en metro hasta el estadio, iba tan lleno que me faltaba hasta el aire. Sin soltarme de mi hermano, para no perderme entre la multitud, fuimos andando hacia nuestra puerta. Lo que mas miedo me daba era quedarme sola entre la gente del otro equipo llevando la camiseta del Chelsea, pero lo mejor era lo rápido que llegabamos a nuestros asientos.
-Subo escaleras, paso el bono, bajo escaleras, subo escaleras y ¡voilá! - fui canturreando hasta llegar a nuestros asientos.
-Buenas - saludaron mi padre y mi hermano a los auxiliares de nuestra zona a los que yo ignore completamente
-¿Pero April, aún te acuerdas de los asientos que tenemos? - preguntó mi padre intentando molestarme por no ir a menudo y riendose de como había corrido
-Perfectamente - dije ya sentándome - los tres asientos nada más subir las escaleras, 23,25 y 27.
-¿Y tu en el medio por qué? - dijo mi hermano dejando sus cosas sin sentarse
-Por que yo os guardo el sitio mientras vosotros traéis algo de beber y yo voy abriendo las patatas fritas.
-Como usted deseé milady - contestó quitándome una patata frita.
Si había algo que me encantaba de ir al futbol era ver Stranford Bridge llenarse poco a poco y empezar a escuchar los canticos de cada afición.
-Perdone,¿sector 5 fila 6? - escuché a un hombre preguntar detrás de mi
-Si, baje por aquellas escaleras y a la derecha.
Me quedé con la patata a medio camino de la boca, estaba empezando a preocuparme por mi obsesión hacia aquella voz, porque estaba completamente segura de que acababa de escucharla detrás de mi. Me giré y ahí estaba, incluso de espaldas podía reconocer los rizos que se escabapan por debajo del gorro, era el mismo chico.
-¿Has visto a un muerto April? - dijo mi hermano riéndose de mi cara.
-No, es que... da igual, dame mi Coca-Cola anda - dije girándome deprisa.
La primera mitad del partido pasó como en un borrón para mi, no me enteré apenas de nada de lo que pasaba en el campo, miraba de reojo hacia atrás, le escuchaba hablar y cantar las canciones del equipo, y me reía disimuladamente de sus comentarios.
-Tengo que ir al baño - dijo mi hermano - demasiada Coca-Cola.
Yo también tenía que ir, ¿pero iba a ser capaz de mirarle? ¿Y si no era? ¿Me reconocería? En realidad la curiosidad me podía.
-Espera, yo también voy - dije levantándome.
Casi me caigo al saltar mi asiento, haciendo que mi hermano se riese y me tuviese que sujetar, pero él no fue el unico que se rió de mi, si había acertado y algo me decía que él también me había reconocido.
-Con cuidado - dijo mi chico de rizos riendose, hasta que me vió el gesto de dolor.
Pero antes de que dijese algo mas yo ya había bajado las escaleras lo más rápido posible. Desde que me lesioné bailando ballet mi rodilla se había quedado algo tocada, y la verdad es que yo también porque acabó con mi sueño de ser bailarina profesional.
-¡April, espera! - dijo mi hermano corriendo detrás de mi - ¿Ha sido la rodilla?
-Si, como siempre - me quejé dejándo de hacerme la dura cuando el chico de rizos no me veía.
-¿Te duele?¿Necesitas ayuda? - dijo dispuesto a llevarme en brazos si hacia falta
-No Nate, sé ir al baño solita - dije riendome - esperame en las escaleras cuando salgas.
Fui cojeando al baño, asi que a pesar de estar cerca tardé más de lo normal. Cuando volví a las escaleras me encontré con que mi hermano no estaba solo, mi chico de rizos esaba con él mirando atentamente en la pantalla lo que pasaba en el campo.
-Erm.. hola - dije sorprendida
-¡Hola! - dijo mi chico de rizos girándose rápidamente - Solo quería pedirte perdón por reirme antes y saber si estas bien.
-Si si, tranquilo - le aseguré, sonriendo por que se hubiese preocupado por mi.
-¿Segura?¿Necesitas ayuda para llegar a tu asiento?
-No, voy bien sola - dije ya empezando a bajar las esclaeras lentamente intendando no cojear.
-Es que es una cabezota - explicó mi hermano - hace seis meses se lesionó la rodilla bailando ballet, y con el frio se ha hecho daño al saltar.
-Vaya - dijo mi chico de rizos sorprendido - lamento haberme reido, enserio.
-No pasa nada, en fin gracias, voy a intentar que no se haga mas daño y seguir viendo el partido.
Nate bajó corriendo las escaleras detrás de mi, me ayudó a saltar y se sentó a mi lado riendo.
-Me parece que te has ganado un admirador - me susurró.
-Nate... - dije molesta y avergonzada - solo estaba disculpándose por reirse de mi.
-Claro, por eso te ha seguido y preocupado por ti con tanto interés... seguro que ese es su trabajo.
-Nathaniel...- le avisé, si decía su nombre completo, significaba problemas.
-Deberías cortar con Josh y venir a más partidos a ligarte a este, que me parece mucho mejor para ti.
¡Mierda Josh! Era mi novio, pero no me había acordado de él en todas las vacaciones, tan solo las dos veces que había intentado llamarle y no me lo había cogido.
Durante unos minutos me quede pensando en aquello,¿ que excusa iba a darme esta vez?
-Así que, ¿si entras en ese equipo, algún día vendré a verte jugar a ti aquí? - dije cambiando de tema, también para despejarme.
-Ojala - dijo con una gran sonrisa - sabes que me encantaría jugar aquí.
-Y yo se que lo conseguirás y esas pruebas te van a salir genial.
Finalmente nuestro equipo ganó por 2-0, para gran alegría de nuestra afición, incluidos los dos auxiliares de detrás nuestro que gritaban con cada jugada.
-Hasta la próxima - dijo mi chico de rizos cuando nos ibamos, esta vez saltando el asiento con cuidado - y de verdad siento haberme reído.
-No pasa nada - dije avergonzada de la mirada de mi padre
-¿Qué me he perdido? - preguntó.
-Nada papa - dijo mi hermano desviando el tema - ¿ha sido un buen partido, verdad?
-La verdad es que si - dijo el chico - ojala jugasen así siempre.
-Es cosa de April - dijo mi padre - cada vez que viene ganan.
-Entonces debería venir mas a menudo - dijo sonriéndome.
Esta era la segunda vez que me lo encontraba desde que lo conocí, y algo me decía que no iba a ser la última.

jueves, 24 de octubre de 2013

Capítulo 1 "Casualidad #1"

Aquí esta el primer capítulo! Disfrutarlo tanto como yo al escribirlo!! Y dejadme vuestros comentarios y opiniones debajo, también se pueden dejar anónimos :)

Aquella noche se quedó a dormir en mi casa, y tal y como predije no se acordaba de nada por la mañana, excepto del chico rubio.

-Es que era tan guapo - me decía en el desayuno - y tenía un acento monísimo
-Se llamaba Niall - le recordé - y se os olvidó daros el teléfono
-¡NO! - se lamentó dejándose caer sobre la mesa - ¡No voy a volver a verle nunca!
-¿Qué una noche loca? - dijo mi hermano entrando a la cocina

Nate, mi hermano mellizo, mi polo opuesto. Él alto, con pelo castaño y ojos azules; yo normal, morena y ojos verdes; él el buen hijo, buen estudiante y responsable, y yo la hija rebelde.

-Buenos días Nate -  dije pasandole su desayuno
-Buenos días enana - dijo dándome un beso en la cabeza - ¿Qué le pasa a la loca?
-Demasiada fiesta
-Un par de cafes y se la pasa  - dijo riendo - ¿vas a venir al fútbol con papa y conmigo?
-¿Chelsea contra quién?
-Liverpool
-Entonces no me lo pierdo, además mejor que estar con mamá dándome la chapa...
-No seas así, se preocupa por ti
-Pues que pase mas tiempo en casa
-April...
-¿Me has arreglado el skate? - dije cortándole
-Si, te lo he dejado en el garaje
-Me voy a dar una vuelta, Jen llama a tu madre y sube a dormir a mi habitación si quieres

Subí a mi habitación, me puse ropa más cómoda y baje al garaje a coger el skate que mi hermano había arreglado. Recordé la caída que tuve, la causa de que se rompiera el eje delantero. "Nota Mental: No bajar las escaleras del parque montada en el skate". Salí de casa con un portazo y me monté en el skate sin rumbo fijo. Era mi manera de evadirme, de pensar, eso y bailar eran las unicas maneras de sentirme yo misma, a veces incluso en mi propia casa, donde apenas estabamos Nate y yo, y la cocinera que venia entre semana, por lo que salir nunca fue un problema. Nuestros padres trabajaban casi todos los días del año en su empresa "O'Leire" de viajes a Escocia, asi que estaban alli casi siempre. Les agradecía que hiciesen todo eso para darnos los mejor a nosotros, estudiabamos en un colegio muy bueno, teniamos una casa preciosa en el barrio de Notting Hill en Londres, apoyaban nuestras decisiones y nos dejaban libertad e independencia siempre intentando estar atentos de nosotros, pero a veces eso no era suficiente.

No había patinado demasiado cuando llegué a la verja de un campo de futbol, eso me relajaba, me recordaba a Nate. Dejé el skate en el suelo y me senté apoyándome en la verja, mientras sacaba un cigarro.

Llevaba la mitad cuando escuché gente detrás de mi en el campo

-Recuerdame porqué salimos anoche de fiesta - dijo un chico bastante cerca
-Por que tu te empeñaste - dijo otra voz haciéndome girar la cabeza de golpe, era la misma voz que la noche anterior

Al darme la vuelta me encontré con un equipo de fútbol corriendo alrededor del campo, imposible encontrarle.

-¡Vamos señores! - gritó quien supuse era el entrenador - ¡Se les van a quitar las ganas de salir de fiesta antes de entrenar!
-¿Qué pasa guapa? - me gritó uno de ellos al pasar cerca y verme girada, provocando que todos se girasen
-¡Tomlinson! - gritó de nuevo el entrenador llamándole la atención

Miré al grupo que tenía delante, incluso en chandal todos tenían pinta de niños pijos, y entre todas las caras que me miraban me fijé en una en especial, la que me miraba con el ceño fruncido ¿Era ese el chico? Ese pelo rizado encajaba perfectamente en mis recuerdos.

-¡Dejen de hablar y sigan corriendo! - gritó el entrenador haciendo que dejasen de mirarme

Siguieron corriendo, pero el chico de rizos seguía mirándome.

-Yo no vuelvo a salir de fiesta el día antes de entrenar - repitió la primera voz, un chico rubio de pelo corto
-Si eso ya te lo dije yo - dijo otro chico, este castaño también con el pelo corto
-Claro, tu te quedaste con Aria, y seguro que dormiste solo - dijo el rubio molestandole
-¡Niall! - gritó el chico de rizos, dejando de mirarme - que es como mi hermana, no quiero ni pensarlo

La que no podía dejar de mirarle era yo, ¿era el mismo chico? No entendía de donde venia tanta curiosidad por alguien con quien no hable ni 5 minutos, debía dar miedo mirándoles fijamente entrenar. A la siguiente vuelta, pasó mas cerca de la valla sin dejar de mirarme de reojo.

-Ya te dije que no deberías fumar - dijo bajito al pasar a mi lado

Si, definitivamente era el mismo chico, quizás yo si iba a ver mas veces a mi chico desconocido

Tire el cigarro sin terminarmelo, cogí el skate y fui caminando a casa, mucho mas tranquila que cuando salí. No me gustaba pagarlo con mi hermano porque él no tenía la culpa de nada, esa era casi la razón principal por la que me iba.

-¿Ya se te ha pasado? - dijo al verme entrar por la puerta
-Si... y lo siento Nate - susurré
-Anda tonta - dijo abrazándome - sube a despertar a Jen que ya casi está la comida
-¿Has cocinado tu?
-Mas querríais vosotras probar uno de los deliciosos manjares de Nathaniel O'Leire, pero no, me he pasado a comprar algo.
-Ya decía yo..., bueno voy a despertarla

Después de la odisea que pase para despertarla, Zombie Jen y yo bajamos a comer con mi hermano

-A principios de Enero voy a hacer unas pruebas para un equipo de futbol - nos contó Nate
-¿Si? ¿A cuál? - le pregunté
-Uno por aquí cerca, Holland Woods, es bastante bueno

¿Holland Woods? Me suena, me suena, me suena....

-Seguro que te admiten - le animé
-Cuando digo bueno digo en Primera Liga Juvenil, con ojeadores en los partidos y esas cosas
-Madre mía - se sorprendió Jen - me estás diciendo que ¿si entras al equipo, luego podrías acabar jugando en algun equipo grande?
-Si... si todo sale bien
-Va a salirte genial - le aseguré - Tranquilo
-Eso espero...

Mi hermano es una de esas personas que parece que aprendió antes a jugar al fútbol que a andar. Jugaba en el equipo de nuestro colegio en Edimburgo, al mudarnos a Londres también jugaba en el equipo del colegio, y de ahí fue cambiando a cada vez equipos mejores de la ciudad. Uno de sus sueños era ser futbolista, y el resto de sus opciones todas tenían que ver con el deporte.

-¿Y que vas a hacer el jueves, Jen? - preguntó mi hermano cambiando de tema
-¿Boxin' Day? Yo el dia navideño en familia lo pasaré con mi padre, creo que vamos a ir al cine ¿vosotros?
-Nosotros iremos al futbol con mi padre
-No se porque he preguntado, siempre lo hacéis

Totalmente cierto, todos los años Nate, mi padre y yo vamos juntos a ver al Chelsea, en una de las pocas veces que esta en casa y de vacaciones.

Terminamos de comer, recogimos Jen y yo, y subimos a recoger sus cosas de mi habitación, las dejamos en su casa, y de ahí al parque donde pasamos la tarde con algunos de nuestros amigos


lunes, 21 de octubre de 2013

Prólogo

Aqui os dejo el primer capítulo! Espero que os guste y que me contéis vuestras opiniones en los comentarios! Arriba en las pestañas encontraréis fotos de los personajes y una breve descripción sobre ellos, y unas fotos y un mapa de sus casas en Londres, para que podáis imaginarlo tal y como yo lo veo :)


-Venga April - me gritaba mi amiga Jen por encima de la música - ¡ven a bailar!
-Jen... sabes que no me gusta
-¡Pero estamos de vacaciones!
-Esta bien, pero solo un rato ¿vale?

Ahí estaba yo, en un club de Londres "disfrutando" de las vacaciones de Navidad con algunos de mis compañeros de clase. Odiaba esos sitios con todo mi ser, en medio de una masa de gente bailando una música que me destrozaba los tímpanos. Necesitaba salir de ahí, necesitaba un cigarro.

-Ahora vengo - le dije a Jen, me asintió con la cabeza y siguó bailando.

Según salí y el aire fresco me golpeó la cara me sentí mil veces mejor, y nada que decir de cuando deje de oír esa horrible música. Me sentó en la acera y saqué un cigarro. La puerta se abrió detrás de mi y no me gire, podía ser alguna de mis amigas o cualquier borracho, simplemente no me interesaba.

-No deberías fumar - dijo un chico sentándose a mi lado en el suelo, apenas podía verle en la oscuridad, pero parecía mono y que no estaba borracho - Tranquila, no voy a hacerte nada - añadió riendo - necesitaba tomar el aire, es una agobio ahí dentro
-Ya somos dos, pero yo ya lo he tomado suficiente - dije levantándome y tirando el cigarro - ¡Hasta luego!
- Hasta luego - dijo agitando la mano

Una vez de pie le pude ver un poco mejor, era moreno con el pelo rizado, y tenía una voz de esas que se te graban en la memoria, como rasgada, grave.

Para cuando volví a encontrar a mis amigos, Jen estaba ligando con un chico rubio y el resto bailando como locos. Tuvieron que pasar otras dos horas para que se compadecieran de mi y nos fuésemos a casa.

-Creo que me he enamorado  - decía Jen colgada de mi brazo - se llama Niall, y tiene 17, es guapísimo
-Ya lo he visto - dije riéndome
-¿Verdad que si? - dijo con voz soñadora - ¡No vayas a por él eh! Yo le vi primero
-No voy a hacer eso, Jen
-Gracias April - dijo abrazándome de golpe - Te quiero mucho, April
-Y yo a ti Jen, pero vas tan borracha que no te vas a acordar de nada mañana
-Probablemente - dijo soltando una risita

Pero ¿iba a acordarme yo?

sábado, 12 de octubre de 2013

Me llamo April

Me llamo April, pero quizás deberia llamarme October

¿Eres feliz? Si me preguntas eso te contestaría lo mismo que si la profesora de Historia ahora mismo me preguntase sobre la Guerra de los Cien Años, "No lo sé". ¿Qué se supone que es ser feliz? ¿Lo que me rio con mi hermano cuando tenemos nuestros momentos? ¿Las tardes con mi mejor amiga, Jen viendo películas? ¿Es esa sensación de libertad que tengo cuando voy en el skate?¿O cuando estoy bailando y siento como si flotase? No lo sé

Mi abuela un dia me dijo, soñadora como es ella, que eres feliz cuando encuentras a alguien que te hace tocar las nubes, que te hace volar sin levantar los pies del suelo, que hace que te duela el pecho y llores, pero siempre de la risa. Si lo que tengo que hacer para ser feliz es enamorarme, creo que vamos para rato

Me llamo April, pero quizás deberia llamarme October

viernes, 11 de octubre de 2013

Red



¿Alguna vez te ha pasado? Que has escuchado una canción y te has dado cuenta de que describía perfectamente cómo te sentías? Que al amar todo se veía de color rojo, y que al olvidar parecía que todo tu mundo se había vuelto gris. Que miras atrás y te arrepientes de todo lo que cambio en ti, todo lo que perdiste y en que te convertiste. Y te dices, no jamás me voy a volver a enamorar.

Pero en realidad, no hace falta que pase demasiado tiempo para que te des cuenta de que todos esos malos momentos no hacen que merezca menos la pena enamorarte. Quizás sea ese chico que ves cada día, o aquel viejo amigo con el que hablas de vez en cuando, o a lo mejor es ese chico que acaba de sonreírte y que no conoces de nada. Pero todo vuelve a empezar. Las mariposas, las cursilerías, las noches en vela, y toda la ilusión hace que se te olvide que había ocurrido antes.

Es como la pescadilla que se muerde la cola, sabes que hay una posibilidad de que vuelva a acabar mal, pero no puedes evitar que vuelva a pasarte lo mismo, prefieres arriesgar a quedarte pensando en que hubiese pasado si lo hubieses intentado.

Se supone que el ser humano se diferencia del resto de los animales por ser el único con la capacidad de razonar, permitirme dudar, porque a la hora de amar, somos de todo menos racionales.